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¿Cómo afrontar una entrevista laboral tras un despido?

Publicado el 10-08-2009 por Tamara Vázquez. Madrid.

La salida de una empresa no tiene por qué convertirse en el fin de nuestra carrera profesional. Ante un proceso de selección, los expertos recomiendan que el candidato que ha perdido su anterior empleo mantenga la calma y que, sobre todo, sea sincero con sus entrevistadores.

Lo ha oído y leído en innumerables ocasiones: a una entrevista de trabajo hay que ir motivados, mostrando una actitud positiva. Sin embargo, cuando el demandante de empleo ha sido despedido de su anterior ocupación, el nivel de ansiedad porducido por un proceso de selección puede acrecentarse considerablemente. Además, si se trata de un parado de larga duración –un caso en el que la confianza en uno mismo se reduce de forma drástica–, el candidato probablemente sentirá que la superación de una entrevista de trabajo es poco menos que imposible.

Sin embargo, los expertos en mercado laboral recomiendan que el candidato mantenga la calma. «En una situación como la actual, el seleccionador sabe que un despido no siempre está directamente relacionado con la capacitación del profesional para el desempeño de determinadas funciones», explica Susana Sosa, manager en Adecco Professional, cuyo consejo es simple: hay que ser muy sinceros con el entrevistador: «El candidato debe explicar si su salida de la empresa se debió a problemas económicos o, en caso de fusión, a la duplicidad de funciones, por ejemplo».

Begoña González, executive manager en Michael Page, recomienda que, si es posible, el candidato presente a su anterior empleador como persona de referencia y que «nunca critique a la organización de la que fue despedido».

En cuanto al salario al que el profesional debe aspirar en sus próximos trabajos, conviene mostrar cierta flexibilidad y asumir que, en ocasiones, puede que sea razonable reducir su banda salarial. Además, si el profesional no cuenta con experiencia en el sector al que pertenece la firma contratante, Sosa incide en que el candidato deberá demostrar su capacidad de aprendizaje y de adaptación a distintos entornos, así como informarse previamente sobre el área al que se postula, algo que «siempre será tendrá una connotación positiva para el seleccionador, porque transmite interés».

Por último, Miguel Alcorta, socio de ADW Personal Abilities, recuerda que para rebajar la tensión derivada de un proceso de selección, lo más recomendable es «cambiar nuestra línea de pensamiento hacia un objetivo de entrevista más centrada en querer conseguir el trabajo, que en ser el candidato elegido».

Respuestas eficaces para que no te pillen en la entrevista
Publicado el 15-05-2006 por Tamara Vázquez / Madrid

El seleccionador suele formular preguntas ambivalentes para indagar en la personalidad del candidato. E&E explica cómo responder a diez de estas cuestiones.

1. ¿Podrías indicar tres virtudes y tres defectos que tengas?
En cuanto a las virtudes, el candidato debe hacer hincapié en aquellas cualidades más adecuadas para el desarrollo del puesto al que opta: «Me considero una persona con capacidad de trabajo, de aprendizaje y con una alta motivación». Por el contrario, en el caso de los defectos hay que destacar aquellas otras que afecten en menor medida al desempeño del puesto: «Soy un poco despistado, por eso llevo una agenda donde anoto todos mis temas pendientes».

2. ¿Qué te parece la carrera que has estudiado?
Es importante realizar un balance positivo y enfocar la respuesta de manera que se resalten los conocimientos y competencias más acordes con el puesto al que se opta: «Interesante, porque me ha dado la oportunidad de desarrollar casos prácticos y de trabajar en equipo».

3. ¿Por qué quieres trabajar con nosotros?
Hay que tener claras las oportunidades de desarrollo profesional que ofrece el puesto al que se aspira: «Creo que ésta es una buena oportunidad para poner en práctica mis conocimientos y para adquirir una formación y una experiencia que me permitan crecer como profesional dentro de mi campo».

4. ¿Por qué debería contratarte a ti y no a otro candidato?
Ante este tipo de preguntas hay que mostrar seguridad en uno mismo: «Considero que tengo capacidad para abordar con éxito este puesto, además de muchas ganas de intentarlo y demostrar mi valía»

5. ¿Te importaría si continuásemos en inglés?
Si la oferta de trabajo no exige un nivel alto de este idioma, una respuesta adecuada sería: «Soy consciente de la necesidad de mejorar mi nivel de inglés, ya que no lo practico desde hace tiempo, pero si fuera necesario podría realizar algún curso intensivo».

6. ¿Qué esperas de mí como jefe?
En estas preguntas hay que reflejar la idea de contar con la ayuda de un jefe que nos permita crecer profesionalmente: «Poder contar con el apoyo y la ayuda necesaria para desarrollar mi puesto de forma eficaz».

7. ¿A qué sueldo aspiras?
Si hay que dar cifras, se recomienda moverse en una banda salarial, indicando un valor mínimo y máximo. De todas formas, es mejor dar una respuesta general: «En estos momentos mi objetivo principal no es el salario, sino tener una oportunidad laboral que me permita aprender esta profesión».

8. ¿Trabajarías los fines de semana?
Es conveniente mostrar disponibilidad: «En principio no tendría inconveniente».

9. ¿Fumas?
En caso afirmativo debe valorarse el nivel de dependencia. Si ésta es media, una respuesta podría ser: «Fumo algo, aunque no me supone ninguna dificultad no hacerlo durante la jornada laboral». Si la dependencia es mayor: «Sí, pero soy capaz de pasar períodos de tiempo sin fumar, aunque estaría dispuesto a recuperar los minutos invertidos».

10. ¿Por qué crees que estás preparado para acceder a este puesto?
Hay que responder con confianza, mostrando motivación por el puesto y la empresa: «Considero que poseo los conocimientos necesarios para desempeñar el puesto de forma eficaz, además de mucha ilusión por poder colaborar en una empresa en crecimiento del sector».

Entrevista de trabajo: ¿qué me pongo?
Publicado el 19-06-2006 por M. Lezaun / Madrid.

La imagen personal cobra especial importancia en una entrevista de trabajo. Una vestimenta más o menos clásica y un lenguaje cuidado son más importantes que muchos conocimientos técnicos.

Una vestimenta desafortunada ha arruinado la primera entrevista de trabajo de más de uno. Elegir la ropa apropiada para asistir a una prueba de empleo suele convertirse en un quebradero de cabeza para muchos estudiantes. Y es que no es para menos. Detrás de la imagen personal hay toda una operación de márketing, que aporta mucha información sobre la personalidad del candidato.

Aunque el entrevistador lo quiera evitar, la primera imprensión puede ser definitiva en un encuentro laboral: «En los veinte primeros segundos es inevitable hacerse una imagen preconcebida del candidato, pero un buen profesional debería centrarse en los aspectos más relevantes que exige el puesto a cubrir», señala María Mosquera, directora ejecutiva de la firma de selección Page Personnel. Mosquera explica que después del primer contacto visual, hay factores más importantes para valorar que la ropa.

Para acertar con el vestuario, lo que importa es el sentido común e intentar ser coherente con tu propia personalidad, algo que no resulta fácil cuándo estás acostumbrado a llevar ropa deportiva, piercing, tatuajes por todo el cuerpo y zapatillas y pretendes trabajar, por ejemplo, en un despacho de abogados. Se supone que en este caso el candidato debe hacer ciertas concesiones a su estilo habitual y acatar lo que dictan las normas en el sector: traje y corbata para los chicos y traje, falda o pantalón, para las chicas.

En este sentido, nadie se rasga las vestiduras y los candidatos suelen ser coherentes con su objetivo, que prima por encima de su vestuario. «Es el propio entrevistado el que debe valorar antes del encuentro si le interesa trabajar en un entorno que exige una determinada imagen u optar por empresas más abiertas en esta materia», apunta Mónica Zai, experta en selección de la consultoría de recursos humanos de PricewaterhouseCoopers.

Gerardo Lara, director de empleo, formación y compensación de Indra, señala que un 53 por ciento de las empresas de consultoría e informática tienen protocolos establecidos sobre la forma de vestir. «No hay que olvidar que el empleado transmite también la imagen de la compañía», concluye.

Sin embargo, siempre hay casos extremos señala Mosquera: «Hay candidatos que acuden como si fueran a pasar un día a la montaña, aunque el puesto requiera trato con el cliente. También están los que mantienen una imagen impecable, pero que utilizan un lenguaje demasiado informal o se toman confianzas poco adecuadas con el entrevistador.

Y es que, de la misma forma que el vestuario aporta información sobre el candidato, su manera de hablar puede ser definitiva. Cuidar la comunicación es un valor en alza y las empresas insisten mucho en ello. No se puede descuidar el lenguaje, ni mostrarse inseguro, ya que en una primera cita se suelen valorar más las cuestiones personales que la formación.

Las claves

Gusta: El traje y la corbata para ellos, y el traje, más o menos clásico, para ellas, siguen ocupando las preferencias
de los entrevistadores.

No gusta: El look montañero o demasiado deportivo no está muy bien visto, especialmente para aquellos puestos que requieren un trato continuo con el cliente.

Lenguaje: La comunicación es un valor en alza en todas las organizaciones. Cuidar el lenguaje y ser respetuoso con el entrevistador es importante.

Carácter: Los colores elegidos, los complementos y la forma de hablar aportan información sobre la personalidad del candidato.

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